El pasado 23 de mayo nos dejó el actor británico Roger Moore, a la edad de 89 años. Hasta la fecha ha sido el único de los 6 actores que han interpretado a James Bond en fallecer. Ese día se escribieron muchos artículos sobre su vida y su carrera como actor, centrándose especialmente en su papel como el más famoso agente secreto.
De tanto leer dichos artículos, se fue abriendo ante mí el camino que conduce a la siempre presente pregunta alrededor de 007, ¿quién ha sido el mejor Bond? Esta pregunta difícilmente encontrará una respuesta definitiva, al fin y al cabo para gustos colores. Aun así, no he podido evitar escribir el mío propio, pues soy seguidor de la saga cinematográfica desde pequeño. No es mi intención zanjar el debate sobre el mejor Bond, ni tampoco extenderlo más, en mi humilde opinión, todos los Bond son atrayentes, por lo tanto, me limitaré a escribir sobre lo que aportaron y dejaron de aportar los distintos actores que han interpretado hasta la fecha al más famoso agente secreto.
El Original
Sean Connery siempre tendrá algo a su favor como Bond que nunca podrán quitarle, él fue el primero, el auténtico, el Bond original, aunque lo cierto es que Connery no fue la primera opción para interpretar al agente británico. Entre los nombres que se propusieron para interpretarlo en la primera película, 007 contra el Dr. No, destacan los de Cary Grant, Trevor Howard, Patrick McGoohan o David Niven (que posteriormente interpretaría a James Bond en una versión cómica de Casino Royale).
Pero Connery fue la elección final, y por suerte la más acertada, aportando un gran carisma al personaje. Se dice que tras su primera aparición como Bond, el propio Fleming le tomó como ejemplo para las últimas novelas del personaje. En definitiva, Sean Connery siempre será “El Bond”. Otro punto a su favor es que tiene el honor de haber participado en la que, para mí, es la mejor película de toda la saga, Desde Rusia con amor.
Actuó en un total de 6 películas de la saga, aunque tras finalizar Solo se vive dos veces anunció que abandonaba al personaje, siendo sustituido por George Lazenby, pero decidió regresar en 1971 con Diamantes para la eternidad. Como curiosidad, al finalizar el rodaje le aseguró a su mujer que nunca jamás volvería a retomar el papel de Bond. En 1983 volvió a enfundarse el esmoquin de 007 en una producción de Warner Bros, que no se cuenta entre el canon oficial de la saga, y que curiosamente llevó por título Nunca digas nunca jamás (un remake de Operación Trueno).
¿El peor?
Tras la primera retirada de Connery, los productores de Eon se lanzaron a la búsqueda del nuevo actor que interpretaría a Bond en la próxima película, Al servicio secreto de su majestad. Curiosamente, uno de los primeros actores que fue considerado y a quien le ofrecieron el papel fue Timothy Dalton, pero este lo rechazó por considerarse demasiado joven para el papel (solo tenía 22 años). Otro de los candidatos preferidos por los productores era Roger Moore, pero en aquel momento no estaba disponible por su participación en la serie El Santo. Finalmente, el elegido fue George Lazenby, modelo de origen australiano que apenas tenía experiencia actoral.
Es considerado por una gran mayoría como el peor Bond. Uno de los aspectos por el que fue más criticado fue su marcado acento australiano. Pero para algunos de los fans, sin embargo, goza de cierta popularidad, pues por primera vez se mostraba a un Bond más humano, más vulnerable, que llega a conocer el sufrimiento (algo que no se volvería a ver hasta el Bond de Daniel Craig). Sea como fuere, fue la única participación de Lazenby como Bond, a pesar de que se rumoreaba que le habían ofrecido un contrato para rodar un total de 7 películas.
El más longevo
Tras el inesperado regreso de Sean Connery para Diamantes para la eternidad, y su ya definitivo adiós al personaje, los productores se pusieron de nuevo a la búsqueda de un sustituto a la altura para la próxima película, Vive y deja morir, lejos del fiasco que supuso Lazenby. Sus ojos volvieron a posarse en Roger Moore, ya libre de su participación en la serie El Santo.
Moore aceptó el papel, pero dejó claras sus condiciones a los productores: no intentaría imitar la actuación de Connery como Bond (sabedor quizás de que sus dotes interpretativas no estaban a la altura de las del escocés), su actuación sería mucho más ligera, con un toque más cómico y desenfadado del que se había visto hasta entonces, y muy alejado del Bond de las novelas. Su primera aparición como Bond es digna de olvido. Vive y deja morir es una de las películas más flojas de la saga, con un aprovechamiento exagerado del blacksploitation que estaba de moda en los 70, y un final de lo más desconcertante.
Sus siguientes apariciones tuvieron un mejor resultado, con películas bastante buenas como El hombre de la pistola de oro (con el gran villano Scaramanga interpretado por Christopher Lee), La espía que me amó, o Moonraker.
En 1985 protagonizó su última película como Bond, Panorama para matar, una de las peores de toda la saga, salvable gracias a Christopher Walken y la banda sonora de Duran Duran. Moore, que ya contaba con 58 años, y 7 películas de Bond en su haber a lo largo de 12 años, no solo se había cansado del personaje, también era ya demasiado mayor para el papel, como el propio actor reconocería al compartir cartel con algunas chicas Bond que podrían ser sus hijas e incluso sus nietas.
Aunque fue el Bond más longevo, muchos fans lo consideran como uno de los peores, precisamente por esa ligereza con la que actuaba y que tan lejos estaba del auténtico Bond. En mi caso, lo recuerdo con cariño, sus películas las vi siendo pequeño en la televisión y fue el primer Bond que conocí, por lo que siempre guardaré un grato recuerdo.
Continuaremos el mes que viene con los tres últimos Bond, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig.
Víctor Tirador García
