Demasiados historiadores […] hacen historia de la misma manera que tapizaban sus abuelas. Al puntillo. Son aplicados. Pero si se les pregunta el porqué de todo ese trabajo, lo mejor que saben responder, con una sonrisa infantil, es la cándida frase […]: «Para saber exactamente cómo pasó». Con todo detalle, naturalmente. (Lucien Febvre, 1953, Combates por la historia, p. 68).…