Seguramente que si pensamos en el Museo del Louvre, nuestra mente se zambulle en esas obras de arte que llenan las salas y los pasillos del museo parisino, o directamente sobre su obra más famosa, La Gioconda, de Leonardo da Vinci. Pero en este museo, cargado no solo de obras de arte, sino también de (mucha) Historia, podemos ver piezas de carácter arqueológico de culturas antiguas muy importantes.
Pero ¿sabíais que no siempre fue un museo? Antes de ser uno de los mayores museos europeos fue un importante palacio de la realeza francesa, quien la ocupó hasta finales del siglo XVII, cuando la corte se trasladó a Versalles.
La fortaleza del siglo XII

Y es que en origen no fue ni siquiera una palacio, sino que fue construido como una fortaleza en el siglo XII por el rey Felipe Augusto (1165-1223), de la dinastía de los Capetos, a quien se le conoce por su largo reinado, sus victorias militares y las grandes mejoras que realizó para París en un tiempo en donde todavía la corte era itinerante.
Una de estas acciones fue esta fortaleza de la que estamos hablando. El rey francés la construyó junto al primer recinto murario de la ciudad, para así defenderse de los invasores del norte. Según las excavaciones arqueológicas dentro del edificio, los restos de la fortaleza original se encuentran en el ala Sully del Museo, donde podemos encontrar las antigüedades griegas. Esta fortaleza consistía en torres defensivas flanqueadas por puertas, que rodeaban a su vez una torre del homenaje, la Grosse Tour, de unos 30 metros de alto.
Tuvieron que pasar unos cuantos años hasta que llegó Francisco I (1494-1547) quien demolió la fortaleza y construyó, con P. Lescot como arquitecto, un palacio renacentista. Más tarde, Enrique IV, ya a finales del siglo XVI lo unió al Castillo de las Tullerias, y desde entonces, todos sus sucesores lo ampliaron. Fue residencia real hasta el siglo XVII, cuando Luis XIV se trasladó a Versalles.
Su transformación en galería de arte
Fue entonces, gracias al abandono de la familia real, cuando el Louvre empezó a convertirse en lo que es hoy en día, comenzando como galería de arte. Las más importantes academias francesas se instalaron en el edificio, celebrando exposiciones anuales.

Su faceta artística y cultural se vio favorecida tras la Revolución Francesa, momento en el que el edificio fue destinado a funciones artísticas y científicas, abriendo por primera vez al público como museo el 8 de noviembre de 1793, siendo su director el pintor francés Jacques-Louis David.
Aunque hoy en día conocemos los museos como un lugar donde se albergan obras de arte de diferentes tipos y épocas, el propósito inicial del Museo del Louvre fue exponer el botín arrebatado a la aristocracia durante la Revolución. El arte había sido un juguete de la nobleza, del alto clero y de los príncipes, y con la apertura del museo se convertía en propiedad oficial de la nación. Fue concebido, además como un instrumento pedagógico al servicio del pueblo. El museo hace de la Historia su propia razón y justificación.
Aroa Velasco
BIBLIOGRAFÍA:
-Web Museo del Louvre: http://www.louvre.fr/
-Maleuvre, D., (2013): Memorias del museo. Historia, tecnología, arte, Murcia Cultural.