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Introducción del culto a Esculapio en Roma

La sociedad romana presentó grandes cambios a lo largo de toda su historia, marcados como no podía ser de otro modo con las transformaciones políticas y socio-económicas, aspectos, ambos, inherentes a cualquier civilización independientemente del siglo. Por supuesto, también la religión sufrió de constantes cambios, ya fuera a través de introducción de cultos o de modificación de otros, a pesar del rechazo inicial por parte de Roma de la asimilación de determinadas divinidades foráneas. Pero la constante expansión romana que se vivió con el devenir de las centurias, provocó esa necesidad de adaptación y de absorción de otras culturas.

Entre las civilizaciones que más influyeron en el mundo romano esta con un puesto de privilegio la griega. Precisamente el contacto temprano con la misma y los posteriores intereses políticos y económicos, llevaron a su integración dentro de Roma y el dominio romano sobre la hélade. Por tanto, la religión no escapará de esta coyuntura, provocando la transformación de la propia religión romana, así como, de la griega. Uno de los casos paradigmáticos de dicho proceso es el de la asunción e integración del culto a Asclepio (o Asclepios/Asklepios) por parte de la Urbs.

Esta deidad griega, que algunas fuentes remontan al mundo egipcio como equivalente sincretizado del sumo sacerdote divinizado Imhotep, gozó de gran predicamento como dios de la medicina y la curación, con un asentamiento bastante extendido a lo largo de los diferentes territorios helenos. Su culto se articulaba a través de los santuarios (Asklepieia) que ejercían las veces de “hospitales” o centros curativos. Desde estos espacios sagrados la deidad se aparecía en sueños a los enfermos que dormían dentro del recinto para explicarles los procedimientos que debían seguir para lograr la sanación.

El santuario más importante se encontraba en Epidauro, lugar desde el cual es trasladado a Roma, pero existieron otros lugares cultuales destacados como Atenas, Cirene, la isla de Cos, Delfos, Esmirna, Lebén, Mesene, Pérgamo, o Trica. Desde Grecia se produjo una expansión a otros lugares de influencia helena.

Entrada en Roma debido a una epidemia

Reconstrucción en maqueta del templo de Esculapio en la Isla Tiberina de Roma. Se puede observar el contorno de la isla con la forma de barco. Imágenes de Barbara McManus (2007). Fuente: vroma.org

Debido a una grave epidemia que asolaría la ciudad de Roma en el 293 a.C., se consultaron los Libros Sibilinos, que recomendaron traer desde Epidauro el culto. Una comisión encabezada por Q. Ogulnio se desplazará hasta dicha región para regresar posteriormente con la serpiente sagrada, la cual era símbolo del dios, y que, según cuenta la tradición, se arrojó de manera espontánea por la borde de la embarcación que surcaba el Tíber sobre la propia isla que recibe el nombre del río. Según la serpiente aterrizó, la epidemia paró en ese mismo instante. Tras este suceso, el 1 de Enero del 291 a.C. se dedicó un templo, asklepeium, a esta divinidad bajo el nombre latinizado de Aesculapius o Esculapio. La forma del edificio seguirá la tradicional de los otros asklepieia, con el recinto rodeado de pórticos, espacio que servía para la espera de los enfermos hasta que mediante esos sueños reveladores les otorgara la curación, y que los romanos denominaron incubatio. Como se observa, la estructura es claramente griega, de hecho los sacerdotes que atendían seguramente también lo fueron. Todo ello demuestra la influencia griega que prácticamente desde finales del siglo IV a.C. e inicios del III a.C. se produjo en Roma.

La importancia de Esculapio estuvo vigente durante mucho tiempo, tanto es así que durante el s. I a.C., para conmemorar la llegada de la serpiente a bordo del navío que la transportaba a Roma, los muros del recinto donde estaba el santuario se construyeron con forma de barco, otorgándole una forma muy característica dentro de la ciudad. Incluso hoy en día la serpiente y el bastón con el cual también se representa al dios sirven como símbolo para la medicina o las farmacias, lo que demuestra su impacto a nivel histórico.

Parece poco previsible que la elección de Esculapio se produjese al azar, pues los lazos a nivel mitológico que tiene su figura con otras divinidades muestran un reflejo a nivel social y político. Tanto es así que la entrada de su culto provocó que el peso a nivel médico y curativo que tenía la figura de Apolo se desplazara, dejando de recibir estas atribuciones dicho dios. Hay que recordar que una de las tradiciones mitológicas relativa a Asclepio, presentaba a Apolo como su padre junto con Coronis/Corónide. Apolo o Artemisa, dependiendo de la fuente, asesinarían a Coronis, siendo sacado del vientre de su madre. Como hijo de Apolo contaba con determinados dones terapéuticos. De modo paralelo el culto de Apolo introducido en Roma en el 431 a.C. también bajo ordenación de los Libros Sibilinos tras una horrible pestilentia, recibiendo un templo dedicado junto al epíteto medicus, va a pasar a tener otras funciones diferentes a las curativas en favor del culto de su hijo.

Pero los vínculos mitológicos del Esculapio romano no van a quedar ahí, ya que durante el 180 a.C., tras otra epidemia, los Libros Sibilinos (una vez más) indican que se debe levantar una estatua dorada a la diosa Salus, es decir de la salud, que no es otra que la Hygeia griega sincretizada. Hygeia o Higia en la mitología es hija de Asclepio, la cual es considerada también diosa de la curación, la limpieza y la sanidad, asumidos estos elementos en Salus, es decir la salud. La importancia de Salus es creciente en la sociedad romana, además otras figuras familiares vinculadas a Asclepio, tienen relación con el mundo médico.

La importancia dual de Esculapio: Religión y Política

Escultura de Esculapio, representado junto al bastón y la serpiente. Museo Lateranense Roma. Fuente: wikipedia.org.

No obstante, la introducción y desarrollo de Esculapio parece responder a dos aspectos. Por un lado, tenemos una reorganización a nivel general en la religión romana desde una vertiente “médica” o “higiénica”, que como observamos demuestra la importancia dada a su culto, así como a la integración de salus o la nueva interpretación dada a la figura de Apolo. Pero que no puede interpretarse únicamente por cuestiones políticas, ya que la separación de religión y política para la antigüedad es muy difusa. Mientras que por otro lado, el culto a Esculapio se debe incluir en la introducción durante estos siglos de otros cultos extranjeros, principalmente griegos, que cumplieron una función integradora y de aproximación federativa hacia las ciudades griegas, sobre todo meridionales, donde divinidades como esta tenían un fuerte arraigo.

Precisamente no es casual que en el mismo año de la acogida del culto a Asclepio, los ciudadanos romanos durante la celebración de los ludi Romani, que ya tienen este carácter popular y aglutinador de la sociedad, asistieran con coronas sobre sus cabezas, así como que se entregasen palmas a los vencedores de los juegos, costumbres ambas de presentes en las celebraciones deportivas del ámbito griego. De hecho, la introducción de juegos y costumbres de inspiración griega con fines políticos se mantendrá, pues casi medio siglo después del inicio del culto de Esculapio se adoptaron los ludi Tarentini, también por orden de los Libros Sibilinos. Del mismo modo que durante los enfrentamientos con Pirro o las guerras púnicas siguieron introduciéndose otros cultos.

De esta manera, la aceptación de Asclepio dentro de la sociedad romana, incluida su interpretatio romana en Esculapio, se encuentra dentro del proceso generalizado en Roma de asunción de divinidades extranjeras con unos fines políticos y económicos claros, así como una respuesta a conflictos internos a los cuales dar una salida. La propia Roma según va creció y asentó su poder, internamente a través de la República y externamente con su expansión imperialista, fue reordenando diferentes campos, donde indudablemente la religión también se vio afectada, siendo el culto a Esculapio un ejemplo paradigmático.

Javier Solís Montero

Redacción
Author: Redacción

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