Representación de la batalla de Zama
Historia

Aníbal y la derrota de Zama

Dicen que pocas veces dejó nadie su patria para ir al destierro tan abatido como Aníbal cuando abandonó la tierra enemiga; que repetidas veces volvió la vista hacia las costas de Italia, y que, acusando a los dioses y a los hombres, echó maldiciones sobre sí mismo y su propia cabeza por no haber conducido sus tropas a Roma cuando aún estaban cubiertas de sangre por la victoria de Cannas. Tito Livio

La segunda Guerra Púnica y su desenlace

Hoy nos hemos acercado hasta El Café de la Lluvia para hablar de una batalla que tuvo especial relevancia allá por el siglo I. a. C. Se trata de la batalla de Zama, acaecida el 19 de octubre del 202 a. C., y que provocó el desenlace de la II Guerra Púnica. En esta batalla se enfrentaron dos personalidades muy distintas y opuestas: Aníbal Barca, el general cartaginés, y Publio Cornelio Escipión, conocido como el Africano Mayor.

Figura 1. Estatua de Aníbal en el Palacio de Schönbrunn, en Viena
Figura 1. Estatua de Aníbal en el Palacio de Schönbrunn, en Viena

Pero ¿qué es una guerra púnica? Las guerras púnicas fueron los enfrentamientos bélicos que se produjeron entre los años 264 y 146 a. C. entre Roma y Cartago, las dos principales potencias del Mediterráneo del momento. Aunque son varias las causas del origen del conflicto, podemos resumir diciendo que la principal fue el choque de intereses entre las colonias de Cartago y la expansión de la República de Roma.

En esta ocasión nos vamos a centrar en una batalla decisiva dentro del contexto de la II guerra púnica, que comienza cuando Aníbal atraviesa los Alpes en dirección a Roma con su ejército y sus elefantes. Publio Cornelio Escipión decide dirigirse a Cartago directamente, y sale a su encuentro el general cartaginés Asdrúbal. Pero los romanos se apoderan de Túnez, casi a las puertas de Cartago, y es entonces cuando llaman a Aníbal, quien tiene que abandonar el territorio italiano, donde estaba venciendo, para regresar a su patria.

Figura 2. Busto de Escipión, en el Museo Archeologico Nazionale.
Figura 2. Busto de Escipión, en el Museo Archeologico Nazionale.

Antes de combatir, se intenta llegar a una paz, pero Aníbal no acepta las exageradas exigencias romanas y terminan en batalla. Esta batalla tiene lugar en las llanuras de Zama Regia, de ahí su nombre.

A pesar de la superioridad numérica de Cartago, Roma vencerá, y esta batalla marcará el final de la II guerra púnica con la derrota de Aníbal. Las consecuencias fueron muy humillantes para Cartago, renunciando a su dominación en Hispania, Sicilia y otras islas, pagando una fuerte indemnización, entregando a Roma su escuadra…Y dejando a Roma el territorio libre para llevar a cabo su expansión, que es lo que realmente quería.

Escipión volvió a Roma cubierto de gloria y se le impuso el sobrenombre de el Africano, pues fue el único que venció al gran Aníbal, pero ¿Quién era Aníbal?

Aníbal y su desafío a Roma

Aníbal es sin lugar a dudas una de las figuras más carismáticas y controvertidas de la Antigüedad. Y a ello han influido las fuentes que nos han llegado suyas, ya que apenas tenemos testimonios favorables, frente a una proliferación de fuentes hostiles. Los romanos, futuros vencedores en la lucha sin cuartel contra Cartago, no solo arrasarán la ciudad, sino que también destruirán su memoria llegando a crear su particular versión de los hechos. De las obras de historiadores griegos que pudieron tener algo de simpatía hacia Aníbal no queda nada, y por tanto, las fuentes disponibles provienen de las fuentes vencedoras.

Aquí tenemos la visión de Aníbal según Tito Livio:
Tenía una enorme osadía para arrostrar los peligros y una enorme sangre fría ya dentro de ellos. Ninguna acción podía cansar su cuerpo o doblegar su espíritu. Soportaba igualmente el calor y el frío; comía y bebía por necesidad física, no por placer. No distinguía las horas de sueño y de vigilia entre el día o la noche, sino que solo se dedicada al descanso el tiempo que le sobraba de sus actividades; y para descansar no tenía necesidad de una buena cama ni del silencio (…) Era con gran diferencia el primero tanto de jinetes como de infantes; iba en cabeza al combate pero era el último en retirarse una vez iniciado el mismo. Estas cualidades admirables de este hombre quedaban igualadas por enormes defectos: crueldad inhumana, perfidia más que púnica, ningún respeto por la verdad, ninguno por lo sagrado, ningún temor de Dios, ninguna consideración por los juramentos, ningún escrúpulo religioso.

En la mente de Aníbal se fragua un proyecto temerario: convocar una movilización global contra Roma y su expansión. Y lo consigue. Con Alejandro Magno e incluso Heracles como referencia, realiza primeramente una ofensiva ideológica al utilizar motivos religiosos insertándolos en su propaganda con la visita al santuario de Cádiz, en donde muchos investigadores creen que comienza la II guerra púnica.

Figura 3. Tempestad de nieve Aníbal y su ejército atravesando los Alpes Joseph Mallord William Turner
Figura 3. Tempestad de nieve Aníbal y su ejército atravesando los Alpes Joseph Mallord William Turner

De poco le servirá frente al gran rival del Mediterráneo, quien finalmente vencerá militarmente a Cartago.

Al preguntarle el Africano a Aníbal Barca quién había sido, en su opinión, el más grande de los generales, respondió que Alejandro, el rey de los macedonios, porque con un puñado de hombres había derrotado a ejércitos incalculablemente numerosos, y porque había recorrido regiones remotísima que el hombre no tenía esperanzas de visitar. Cuando a continuación le preguntó a quiñen ponía en segundo lugar, dijo que Pirro, el rey de Epiro, que había sido el primero en enseñar el arte de emplazar un campamento (…). Le siguió preguntando a quien consideraba el tercero, y dijo que sin lugar a dudas a el mismo. Entonces, Escipión rompió a reír y añadió “¿Qué dirías si me hubieras vencido?” “En ese caso, la verdad”, replicó, “me pondría delante de Alejandro y de Pirro y de cualquier otro general del pasado y del presente. Entrevista en Éfeso entre Aníbal y Escipión. Tito Livio.

Aroa Velasco

BIBLIOGRAFÍA:

-BARCELÓ, P., (2000): Aníbal de Cartago, Historia Alianza Editorial, Madrid.

-GARCÍA-OSUNA, J. M., (2007): “La segunda guerra romano-púnica y el gran Aníbal Barca”, en Boletín del Instituto de Estudios Giennenses 195: 51-119.

-TITO LIVIO, Historia de Roma desde su fundación, Gredos.

Redacción
Author: Redacción

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