Analizamos la figura de Torrijos en el siglo XIX con Daniel Aquillué, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Zaragoza, para intentar comprender todo el entramado ideológico de aquellos años clave en nuestra historia. Este análisis se emitió en directo en nuestro canal de Twitch el pasado 15 de diciembre de 2021 (Edición 473). Puedes escucharla en formato podcast mediante iVoox, Apple Podcasts y Spotify (comienza en el minuto 51’12). Además, puedes verla en YouTube.
En el presenta programa también hablamos acerca del reflejo de Esparta en la cultura occidental. Nos ilustró Tomás Aguilera Durán.
El fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga
Comenzamos el análisis por el final, un amargo final. Torrijos y sus compañeros fueron fusilados el 11 de diciembre de 1831 en las playas de Málaga y en 1888 Antonio Gisbert plasmó este momento en este cuadro. La pintura se conserva actualmente en el Museo del Prado de Madrid y se encuadra dentro de la pintura nacionalista, reflejando una cultura política liberal progresista.

El cuadro de Gisbert es uno de los grandes manifiestos políticos de la historia en defensa de la libertad del hombre aplastada por el autoritarismo. En la pintura se refleja el sacrificio colectivo de los héroes en beneficio de la nación liberal.
José María Torrijos, el héroe romántico
El protagonista de este cuadro de Gisbert es José María Torrijos y sobre dicho personaje preguntamos a Daniel Aquillué.
¿Quién fue José María de Torrijos? Fue un militar liberal español que nació a finales del siglo XVIII y que se convirtió en el prototipo de héroe romántico liberal conspirador. Comenzó combatiendo en la guerra de la independencia y desde entonces adquirió unos valores liberales que le guiarán durante toda su vida.
Torrijos participó en el pronunciamiento de Juan Van Halen de 1817 que pretendía restablecer la Constitución de 1812. También volvió a combatir contra los francés con los Cien Mil Hijos de San Luis, que pretendían restablecer el poder absoluto de Fernando VII.
El ejército y el pronunciamiento
Daniel Aquillué destaca el papel del ejército en este siglo XIX. Un ejército con experiencia y dividido en dos en función de las cuestiones políticas.
Por otro lado, nuestro invitado apunta que el pronunciamiento en la España decimonónica no era un golpe militar. En el siglo XIX el ejército es un instrumento de la acción política, son un medio, no un fin. Los militares son la cúspide de un entramado mucho más complejo. Los pronunciamientos deben ser sostenidos por el pueblo.
El exilio de Torrijos y su final
Cuando se restableció el poder de Fernando VII, Torrijos tuvo que exiliarse en Inglaterra. Desde allí, y tras el triunfo de la revolución en Francia de 1830, Torrijos preparó un pronunciamiento que el mismo encabezó. Su lucha era por la independencia y la libertad de la patria, pero lo que no sabía es que Fernando VII seguía teniendo muchos adeptos en España.

Llegó a las costas de Málaga desde Gibraltar pero cae en una trampa y Torrijos junto a los 52 rebeldes es apresado y llevado a prisión. El 11 de diciembre de 1831 morirá fusilado junto a sus compañeros.
La imagen que tenemos hoy en día de Torrijos es precisamente la del cuadro de Gisbert que ilustra el momento antes de su muerte, y la de su monumento en Málaga. Su esfuerzo y lucha contribuyeron al debilitamiento del régimen absolutista, abriendo paso a la revolución liberal en España.
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